Sí se puede se solidariza con la lucha de Takbar Haddi, la mujer saharaui residente en Tenerife en huelga de hambre indefinida desde el 15 de mayo pasado con la intención de recuperar de las autoridades marroquíes los restos de su hijo. Mohamed Lamine Haidala, hijo de Haddi, fue asesinado el pasado 8 de febrero a manos marroquíes.
La organización ecosocialista considera de justicia el cumplimiento de las reivindicaciones de Takbar Haddi, entre las que subraya el derecho a realizar una autopsia independiente, la depuración de responsabilidades policiales, el castigo a los autores del asesinato de Haidala y el fin del cerco a la casa familiar en El Aaiún por parte de la policía marroquí.
Sí se puede se suma a la convocatoria de la Plataforma Canaria de Apoyo al Pueblo Saharaui para que la ciudadanía tinerfeña exprese su apoyo a esta madre saharaui este miércoles, 3 de junio, a las 19.00 horas, frente a la Subdelegación del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife y destaca que este llamamiento forma parte de una movilización en todo el Estado español para reclamar, también, que el gobierno español asuma su responsabilidad en la resolución del conflicto en el Sáhara Occidental.
Haddi ha calificado el caso de su hijo de asesinato a manos de los médicos, la policía y las autoridades marroquíes de ocupación. Haidala resultó herido de gravedad el pasado 31 de enero por colonos marroquíes en El Aaiún. Su calvario comenzó con su entrada a los calabozos de la policía de ocupación para ser trasladado de hospital en hospital y morir en Agadir a la espera de recibir atención médica.
La historia de Haidala y de su familia, la de la lucha de su madre, es un caso sangrante en la larga historia de represión a la que someten las fuerzas policiales marroquíes a la población en los territorios de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), ocupados ilegalmente por Marruecos desde 1975 sin que la comunidad internacional haya sido capaz de resolver esta situación, y sin que los sucesivos gobiernos españoles den la respuesta que corresponde al Estado español como antigua metrópoli.
En décadas de ocupación, la población saharaui ha sido sometida por Marruecos a desapariciones forzosas, torturas, juicios sumarísimos, cárcel, violaciones, vejaciones y asesinatos, a lo que se suma la explotación ilegal de sus recursos naturales,