Arcila pide abaratar los precios del Parque Marítimo

 

Sí se puede considera que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife debe arbitrar precios más populares para el disfrute del Parque Marítimo de la capital, no solo para las personas con mayores dificultades económicas, sino para todas las familias santacruceras. Por ello, el concejal Pedro Fernández Arcila preguntará en el próximo pleno, que se celebrará el día 26, si el grupo de gobierno es partidario de esta medida, que pasaría por reducir los precios de entrada, hamacas y sombrillas y permitir el acceso con comida y bebidas no alcohólicas.

En la actualidad los precios están fijados en 2,5 euros por entrada para adultos; 1,5 euros por entrada para niños de entre dos y 12 años; 2,5 euros por hamaca y tres euros por sombrilla. Eso supone que una familia tipo de cuatro miembros –padre, madre y dos menores de 12 años– debe pagar 21 euros por cuatro entradas, cuatro hamacas y una sombrilla, más el coste de la comida, que puede elevar el gasto total a unos 60 euros, ya que está prohibido acceder a este espacio con alimentos.

En su pregunta ante el pleno, Arcila señala que muchos usuarios del Parque Marítimo se quejan del excesivo coste que representa para una familia el acceso al recinto si se le suma el uso de hamacas y sombrilla para poder disfrutar adecua­damente de las instalaciones públicas. Además, la prohibición de llevar comida a las piscinas eleva sobremanera el coste total.

El concejal desea saber si el grupo de gobierno es partidario de la medida que propone Sí se puede y, en caso afirmativo, pide que se informe al pleno de los trámites que se prevén para el cumplimiento de esta reducción de precios. Entre las acciones que propone la organización ecosocialista figura ampliar la franja de edad de los menores que disfrutan de descuento en la entrada, situada ahora entre los dos y los 12 años.

El debate sobre el Plan Especial del Parque Marítimo que se promueve desde el Ayuntamiento es una oportunidad óptima para formular un modelo de uso de estas instalaciones, afirma Arcila, y, aunque la política de precios no tenga que definirse en dicha ordenación, es un capítulo esencial para facilitar el acceso a este espacio público.