Sí se puede insiste en reclamar al Cabildo de Tenerife que deje de usar glifosato en Buenavista de forma inmediata y que respete las decisiones adoptadas por el pleno municipal en relación a la restricción del uso de este herbicida. El portavoz del grupo ecosocialista en el Ayuntamiento del municipio de la Isla Baja, Antonio González Fortes, defenderá en el pleno de este martes una moción con este fin.
La iniciativa de Sí se puede plantea dos acciones directas y rotundas Se trata, en primer lugar, de que el gobierno local recuerde a la corporación insular la decisión del pleno de Buenavista de marzo de 2012 por la que se prohibió el uso del glifosato y productos similares en todo tipo de lugares públicos del municipio y su sustitución por métodos mecánicos o térmicos no contaminantes ni dañinos para la salud y el medioambiente. En segundo lugar, que exija al Cabildo que cese de forma inmediata la aplicación de este tipo de productos en Buenavista.
Esta es la segunda vez que, desde el acuerdo adoptado en este sentido hace cinco años, el Ayuntamiento de Buenavista se ve obligado a llamar la atención del Cabildo sobre la vulneración de una norma municipal, tras detectarse que personal del servicio de Carreteras insular continuaba utilizando este tipo de productos en vías que discurren por el municipio. La primera de estas ocasiones fue en 2013, a un año del acuerdo. En esta ocasión, Sí se puede lleva de nuevo el asunto al pleno al detectarse en noviembre pasado que el personal del Cabildo ha vuelto a utilizar el herbicida, “ignorando una vez más las decisiones adoptadas en este pleno”, subraya González Fortes.
La organización ecosocialista llama la atención sobre la decisión adoptada por el Parlamento Europeo en octubre de este año, en la que se plantea como postura común para todos los países de la Unión Europea (UE) el abandono progresivo del glifosato. El acuerdo europeo fija el año 2022 como límite para el cumplimiento de esta directiva.
El glifosato, el herbicida empleado con más frecuencia en el mundo y en la UE según la Comisión Europea (CE), fue clasificado en 2015 como «cancerígeno probable» para humanos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De los cinco niveles de asociación de sustancias con la provocación de cáncer, este producto se ubica en el segundo lugar de peligrosidad. Todavía se utiliza en agricultura y en las labores de control de maleza en los entornos urbanos: solares, jardines y cunetas.