El Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna, en colaboración con la Concejalía de Sanidad, ha puesto en marcha el proyecto 241 Miradas, una innovadora propuesta socioeducativa que, aunque dirigida a los núcleos de Las Montañas de Anaga, va a servir para recopilar experiencias, estrategias de recuperación de las redes comunitarias e intergeneracionales y acciones para mejorar la calidad de vida de los residentes en muchos núcleos rurales de las Islas que tienden a la despoblación y al envejecimiento.
El programa, que se enmarca en la estrategia municipal En La Laguna nos cuidamos, se presentó este jueves (5 de noviembre) en la plaza de El Batán y contó con la asistencia de los concejales de Bienestar Social y de Sanidad, Rubens Ascanio y José Luis Hernández, respectivamente.
“Este es un proyecto de cercanía, que aborda elementos identitarios y culturales de Anaga y la puesta en valor de ese tejido de comunidad que, durante tantas generaciones, se ha cuidado y protegido, y que queremos seguir fortaleciendo. Además, nos sirve para comprender mejor las realidades que se dan en zonas donde hay un alto nivel de envejecimiento de la población y en las que es necesario reforzar las redes comunitarias y de cuidado”, explicó Ascanio.
El también primer teniente de alcalde destacó “el importante componente intergeneracional que promueve este proyecto y que genera un especial interés”, además de su labor en la promoción de actividades saludables, “ya que, dadas las particularidades geográficas de la zona, es muy difícil poner en marcha iniciativas grupales como las que estamos desarrollando a través del proyecto Plazas Vivas”.
Los integrantes del proyecto socioeducativo La Furgoneta Fantástica se encargarán de desarrollar una iniciativa que se propone favorecer los vínculos afectivos con el territorio y con la comunidad, a la vez que pone en valor la diversidad y el conjunto de las potencialidades y saberes de cada persona como elementos de integración social. Así, explican que se fundamente en “una idea tan básica como transformadora, la de trabajar juntos (responsables políticos e institucionales, profesionales y técnicos, asociaciones y vecinos) por la convivencia y el desarrollo social de las comunidades rurales, como coprotagonistas y en corresponsabilidad”.
En definitiva, 241 Miradas nace como un proceso de ida y vuelta, que se centra en el individuo y en la comunidad, pero que también servirá para planificar nuevas iniciativas y ofrecer a las personas que estudian y trabajan en este campo un material muy interesante sobre las necesidades de las personas del ámbito rural en una sociedad en rápida transformación.