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Opinion

Vivan los guachinches. Paco Déniz.

En el contencioso contra los guachinches, algunos empresarios de bares y restaurantes cuentan con el apoyo de Coalición Canaria y de la Cámara de Comercio de Santa Cruz, no así con los ciudadanos del chicharro que peregrinan por esos andurriales en busca de la cuartita de vino todos los fines de semana.

Por qué «Sí se puede». Damián Marrero.

En una de nuestras interminables charlas políticas en la mesa de la cafetería del centro, hubo un momento en que pensé: “esto de hablar y hablar está bien pero ¿y qué?”, “¿he conseguido algo más que un momentáneo desahogo?”, “¿vale la pena dedicar tantas energías a análisis de salón?”, “¿se consigue algo a base solo de arrebatos de indignación?”.

Los difamadores son una especie perenne. Domingo Garí.

Las luchas políticas tienen la virtud de sacar lo peor y lo mejor de las personas. La tensión que genera lleva las pasiones a los extremos. En algunos casos la tecnología de la difamación se usa profusamente, de manera que de forma habitual la enemistad política cobra esa característica, en detrimento de la discusión racional sobre los asuntos de la economía, la filosofía o la política. Se acentúa cuando efectivamente no hay nada que aportar, ni reflexión interesante que ofrecer a la sociedad. 

La misma vaina de la guerra. Paco Déniz.

De nuevo la misma vaina. El nota empaquetado del pentágono exponiendo la cantidad de tomahawk lanzados en nombre de la libertad y en cumplimiento de la resolución de las Naciones Unidas. Unas imágenes nocturnas de misiles cayendo sobre no se sabe dónde.

Barrancos y barranqueras. Paco Déniz

Cuando el barranco suena es que agua lleva. En el norte de Tenerife llevaba agua, barro (que ahora todo el mundo llama lodo), coches, gallinas, cabras, lavadoras, televisores, escombros, ferralla, jeringuillas, muros y algún que otro techo de uralita. Así de cutres somos.