La despedida del Ayuntamiento de Candelaria. Mayca Coello

Hace casi 10 años que llegué a este Ayuntamiento como vecina de Candelaria y concejala electa. En 2011 llegué cargada de expectativas, tanto propias como ajenas. Llegué acompañada de una enorme responsabilidad y compromiso con las personas que me eligieron porque desde 1979, con la UPC, nuevamente una fuerza política diferente a las habituales, pequeña y emergente como Sí se puede, se hacía un hueco en este consistorio gracias al apoyo ciudadano.

Llegué con muchísimas ilusiones y con muchísima esperanza en contribuir a abrir las ventanas de este Ayuntamiento, a ensanchar la perspectiva municipal con nuevas posibilidades y con mucha energía para trabajar lo que fuera necesario para demostrar que había otros enfoques y otra manera de hacer política desde una organización de izquierdas, ecosocialista, como Sí se puede. También me ha acompañado siempre, aunque decreciente con el tiempo, cierta dosis de ingenuidad y de confianza en la franqueza y en la transparencia de las personas, así como una profunda convicción de que en política la máxima coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es absolutamente necesaria. Y, ante todo, siempre he tenido un profundo agradecimiento, respeto y reconocimiento a la valentía de aquellas 634 personas que nos votaron en 2011, y a las más de 1300 que lo hicieron en 2015 y en 2019, y por ello he intentado que se sintieran orgullosas del trabajo realizado por mis compañeros y compañeras, y por mi misma.

Las premisas de mi aportación a este Ayuntamiento han sido: trabajo, rigor, compromiso, atención a todas las personas independientemente de su afiliación política y una actitud crítica siempre acompañada de propuestas constructivas para hacer de Candelaria un municipio con raíces más democráticas, más equitativo y diverso, mejor gestionado y abierto a los cambios y transformaciones sociales. También, para rectificar políticas o para agilizar procesos de cambio, he planteado denuncias contundentes en este Pleno y también, cuando no ha quedado otra opción después de intentarlo por esa vía, han llegado a los tribunales. Una práctica política que siempre he querido hacer desde el respeto y la corrección, apuntando a las raíces de los temas y no a la mera superficialidad para quedar bien o para obtener un mero rédito partidista. Si hubiera sido así no hubiera, hubiéramos, respondido a los requerimientos de colaboración en momentos determinados o no hubiéramos ofertado nuestra colaboración para varias iniciativas. Cuando mencionaba la ingenuidad me refería a esta forma de ver la política en la que, con las discrepancias lógicas de los diferentes enfoques ideológicos porque todas las opciones no somos iguales, estoy convencida de que las mejores propuestas surgen de la contraposición de estas ideas y del esfuerzo colectivo, poniendo por delante el interés real de la ciudadanía diversa y no los propios intereses partidarios. Que no sea necesario justificar por qué se negocia o por qué se llega a consensos. Imagino y quiero esperar que la próxima o la siguiente generación puedan disfrutar de una profundización democrática en este sentido, dando un salto cualitativo hacia esta forma de concebir la práctica política.

Después de casi 10 años tengo una colección nutrida de anécdotas. Cuando escribía esto recordé a un señor asiduo a los Plenos allá por 2012. Un señor en mis antípodas ideológicas que un día se me acercó al final de un pleno y me dijo literalmente: “Muy bien hablado. Tú tenías que estar en uno de los partidos grandes”. Imagino que se refería a grandes en tamaño y en poder. Yo se lo agradecí y le dije “Yo estoy donde quiero estar”. Hoy, casi 10 años después, con la experiencia vivida y acumulada, tengo más claro que nunca que yo estoy donde quiero estar. Y aquí seguiré en la base política aportando y ayudando en todo lo que esté en mi mano. La política transformadora es parte de mi ADN y de mi historia personal y familiar y, afortunadamente, tiene un alcance que va más allá de la política institucional.

Me he referido a la ilusión, la esperanza y el compromiso social como la energía motora que me alimenta en todos los ámbitos y me permite enfrentar los retos, y estos 10 años han sido un enorme reto para mí. Sin embargo, hace ya bastante tiempo que lo único que me une a este cargo institucional es el compromiso social y político suscrito con la ciudadanía. Desgraciadamente ni la ilusión ni otras energías motoras están hoy presentes y por ello, tras una profunda reflexión personal, con mi entorno personal y familiar, y con mis compañeros y compañeras de Sí se puede, he decidido poner fin a esta etapa renunciando a mi acta de concejala. No ha sido fácil tomar la decisión y se ha ido posponiendo en el tiempo por diversas circunstancias pero, por honestidad con las personas que nos votaron y también conmigo misma, debe ser así, porque se merecen por lo menos el 100% de mi compromiso y de mi disponibilidad. A través de Toni Delgado y de Lourdes Mondéjar tendrán esa energía y esa ilusión, y Sí se puede seguirá trasladando a este Pleno las propuestas que consideramos mejores para Candelaria, como hemos hecho siempre, y yo estaré respaldándolas desde fuera de este plenario.

Por mi parte, a partir de ahora siento que esos motores de energía vital estarán vinculados prioritariamente a mi entorno personal y familiar y a mi profesión que me encanta. En estos ámbitos me siento enriquecida y enormemente afortunada.

La política de oposición es ingrata pero es enormemente instructiva. Se aprende mucho desde la oposición, sobre todo de lo que una no debe hacer si gobierna. Nuestras propuestas pueden ser las más trabajadas, las mejor planteadas, las más innovadoras pero su ejecución no depende de nosotras sino de quien gobierna. Unas veces nuestras propuestas son rechazadas y más adelante se enarbolan como propias por quien gobierna; muchas veces son aprobadas y no se llegan a ejecutar nunca; y otras veces sí se ejecutan pero no existe ninguna mención a quien las propuso. Es la lógica de la política al uso, muy difícil de revertir, pero no imposible. Si algo he confirmado en este tiempo es que las resistencias al cambio de las instituciones son mucho mayores y más arraigadas que las de la ciudadanía en general, mucho más flexible ante ellos.

Sin embargo, prefiero hablar de los aspectos positivos que me llevo de esta etapa de casi 10 años:

Como socióloga me llevo un conocimiento profundo de las lógicas y estrategias de la política local y de las necesidades de profundización democrática que tiene nuestra sociedad y que pasa, básicamente, por la formación de la ciudadanía en la práctica del ejercicio de sus derechos para que no se confundan nunca derechos con favores;  que pasa por el imprescindible control cotidiano del ejercicio del poder; y que pasa por su legítima organización autónoma para plantear discrepancias, alternativas y, por qué no, conflictos.

Como vecina me llevo un conocimiento de Candelaria, de sus pueblos y distintas zonas del municipio, de sus realidades sociales, de sus sectores económicos, de su historia y su cultura que no habría alcanzado, con seguridad, de no haber ocupado este puesto. Y me llevo también un conocimiento profundo de la gestión municipal y de cuáles son los puntos fuertes y los débiles del Ayuntamiento que gestiona mi potencial calidad de vida.

Como política me llevo la satisfacción de haber planteado propuestas desde que llegamos y a lo largo de estos 10 años, muchas veces rechazadas, que hoy ocupan el centro de la agenda política: transición ecológica y energética, depuración de aguas y saneamiento, desarrollo sostenible, urbanismo inclusivo, freno a las grandes infraestructuras, gobierno abierto, transparencia y participación ciudadana, etc. Quizás si se hubieran escuchado con amplitud de miras hoy a Candelaria le quedaría menos por hacer en estas materias.

Me llevo también la certeza de haber propiciado desde esta oposición constructiva muchos pequeños logros para el Municipio y alguno grande y muy trascendente para Candelaria y para la Comarca, a costa, eso sí, de un enorme esfuerzo tanto para defenderlos y lograrlos, como para visibilizarlos. Menciono solo algunos ejemplos:

  • Primer presupuesto negociado entre Grupo de gobierno y oposición.
  • Primer presupuesto con recursos específicos para medio ambiente.
  • Ordenanzas y reglamentos con lenguaje inclusivo.
  • Acciones para apoyar al sector pesquero atendiendo a sus demandas: gestión integral del muelle pesquero, punto limpio y pantalanes.
  • Lograr por una vez que el 10% del Presupuesto se destinara a Servicios sociales.
  • Presupuesto importante por primera vez para el patrimonio histórico y cultural del Municipio y para poner en valor, específicamente, el pasado y presente guanche de Candelaria.
  • Acuerdo plenario contra el Proyecto del Tren del Sur, o exigiendo la ejecución de la Depuradora Comarcal.
  • Rescate del cobro de la tasa de la basura que Aqualia realizaba irregularmente.
  • Activación de políticas en materia de energías renovables en las instalaciones municipales.
  • Fijar en la agenda local la condición imprescindible y urgente de el Inventario de Bienes Municipal, de una nueva RPT, de un Convenio para el personal de las empresas, o del Parque de Punta Larga.

Para Candelaria y el Valle hemos liderado desde mucho antes de tener representación, ya en el Ayuntamiento, y también en los tribunales y en la sociedad la reclamación de la urgencia de la depuración de las aguas residuales tanto urbanas como industriales. Tenemos claro que nuestra denuncia, junto a las sanciones de la UE, provocaron la movilización que hoy hace que tengamos EDARU y EDARI en marcha.

Como ser humano, me llevo la satisfacción de haber conocido a buenas personas del Municipio que me han acompañado en todo o en parte del camino, asesorándome, y aportándome su cariño, sus conocimientos, sus opiniones y también sus críticas. Ya estarán conmigo para siempre uniéndome a ellas una estrecha amistad. En estas semanas me han transmitido innumerables muestras de afecto y reconocimiento que también les agradezco profundamente.

Por todo ello, de esta etapa de 10 años me llevo un enorme crecimiento en lo personal y, también, en mi dimensión de mujer política, cuyo alcance nunca me imaginé y que me ha llevado a descubrir capacidades anteriormente desconocidas para mí misma.

Y no puedo marcharme sin agradecimientos:

Gracias siempre a las personas que han confiado en mí y en mis compañeros y compañeras otorgándonos su voto y permitiéndonos trasladar su voz a este Ayuntamiento. Sí se puede seguirá el camino iniciado porque es nuestra manera de hacer política como organización. Las personas somos importantes pero no somos imprescindibles.

Gracias a las personas trabajadoras de este Ayuntamiento, de Epelcan, de la Empresa de inserción y de la Fundación Candelaria Solidaria, así como a los compañeros y compañeras que han conformado las diferentes Corporaciones porque hemos compartido, de manera más o menos intensa, esta década, y he aprendido mucho con todas ellas. Sin embargo quiero agradecer, especialmente, a algunas personas, que siguen estando o que ya no están, que desde el primer momento que llegué como concejala me ofrecieron su colaboración, su acompañamiento en diversos temas y que, desde un profundísimo concepto democrático, entendieron que yo, o mis compañeros y compañeras, merecíamos una atención exactamente igual al resto de concejales y concejalas, incluso, a veces, ante la mirada reprobadora de algunos de sus responsables o compañeros.

Gracias a los medios de comunicación por la cobertura que han dado a nuestro trabajo durante estos años y que estoy convencida seguirán dando. Sé que no siempre ha sido fácil hacerlo y estoy segura de que no han estado exentos de presiones. Para nosotras ha sido muy importante facilitarles la tarea a través de nuestro gabinete de prensa y comprobar que era bien recibida.

Gracias a todas y cada una de las personas que han participado en la Asamblea local de Sí se puede, por el trabajo y el respaldo que siempre me han dado y por ser un equipo tan diverso, tan unido y tan disruptivo. Todo lo que hemos hecho en estos años es resultado del trabajo en equipo y lo seguiremos haciendo. Quiero mencionar un poquito más hoy a Paz y a Juan porque siempre recordaré que no permitieron que durante los cuatro primeros años me sintiera sola en este Pleno, ellas fueron en ese momento y siempre mi apoyo y “las otras concejalas de Sí se puede“ desde las butacas del salón.

Gracias a Cristo, a Agustín, a Pili, a Toni y a Lourdes, que me sustituirá, por su empuje, por su trabajo y compromiso durante años, así como por su arrojo y valentía para asumir esta responsabilidad que no siempre es fácil de llevar.

Gracias a mis compañeros y compañeras de organización a nivel insular y de Canarias por ser un referente de enorme valor para mi y por realizar, allí donde se encuentran, en la oposición, en gobiernos municipales o en la estructura del partido un ingente, comprometido, alternativo y ejemplificador trabajo.

Y muchísimas gracias a mis dos hijos, a mis padres, a mi hermana y a mi familia más cercana porque siempre he contado con su reconocimiento, con su valoración y con su apoyo incondicional que para mí ha sido fundamental para poder estar todos estos años en este puesto. Tras esta experiencia tengo más claro que nunca por qué los puestos de máxima responsabilidad y visibilidad en política son ocupados mayoritariamente por hombres y cuál es el sobresfuerzo que hacemos y los apoyos que necesitamos las mujeres, y cuáles nuestras renuncias, para asumir estas responsabilidades.

Para finalizar, compañeros y compañeras de corporación les deseo sinceramente, desde mi cabeza y desde mi corazón, el mejor de los trabajos, priorizando siempre el interés general y los resultados más ambiciosos para la ciudadanía de Candelaria, de la Isla, de Canarias y de nuestro Planeta. Es imprescindible apostar por esta perspectiva integrada en la que lo uno no es nada sin lo otro. Hoy más que nunca debemos trabajar para alcanzar la tan mentada sostenibilidad, no solo  en lo ambiental, sino también en lo económico y lo social.

Parafraseando una película fantástica que volví a ver hace poco les deseo “¡Buen día y buena suerte! y nos seguiremos encontrando siempre en las calles y en los caminos. Muchas Gracias

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