Cuando era barbilampiño el demonio se llamaba la Unión Soviética, cuando comenzó a salirme la barba se llamaba Cuba, luego, más tarde, cuando ya era un peludo, se llamaba Herri Batasuna, cuando los rizos se alisaron sin pedir permiso se llamó Cataluña, y ahora que me quedan tres pelos se llama chavismo.
Dentro de poco se cumplirá un año del movimiento telúrico que echara abajo el cómodo complejo residencial en el que languidecía la política estatal. Después de esa gran sacudida pocas cosas han vuelto a ser iguales.
León Trotski es una figura excepcional. Un gigante del siglo XX.
Según el Diccionario de la lengua española, un hospital es un Establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de enfermos, donde se practica también la investigación y la enseñanza.
Llevamos un año formando parte activa de la vida política de La Gomera y aunque queda mucho camino por andar, estamos satisfechos con este último año.
Da de cara ya el tan traído y llevado asunto del control de los guachinches.
El partido de Coalición Canaria y la multinacional que gestiona el servicio público de cementerios en nuestra capital han logrado transformar la vieja máxima freudiana de eros y tanatos por el más próspero y terrenal de euros y tanatos.
En estas circunstancias de dolor y tristeza por la pérdida de un sabio, de un amigo, mi solidaria condolencia con Francisco Bello, Pancho, y su familia.
Recuerdo ese día. Tendría diez años, quizás once… no estoy segura.
Tras varios años reclamando los concejales de Sí se puede un estudio sobre las potencialidades del municipio en materia de energías renovables, el Ayuntamiento presentó recientemente un riguroso trabajo que se le había encargado a una empresa canaria especializada en la materia.
El cáncamo es pequeño, flaquito, tan plateado por fuera que se diría todo de metal.
En el supermercado de las marcas electorales ha brotado un producto de imagen fresca y colorida aunque elaborado con ingredientes antiguos. Se les visibiliza in crescendo por calles y plazas; un ejército naranja de comerciales regalando folletos y sonrisas.
Hace seis meses publiqué un artículo en el que acusaba al presidente del Cabildo, Carlos Alonso, de forzar en periodo preelectoral la licitación de la recogida, transferencia y tratamiento de residuos domiciliarios.
Ya sólo me queda una chaqueta portuaria de las que heredé de mi padre.
Me preocupa Venezuela. Pero no las libertades en Venezuela, ni los derechos humanos en Venezuela, que gozan de buena salud.