Sí se puede insta al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife a abandonar la peligrosa y contaminante apuesta por el gas

La organización ecosocialista invita a las administraciones públicas a ver en el informe de la CNMC sobre la regasificadora de Granadilla una oportunidad para girar hacia un modelo energético realmente sostenible

Sí se puede insta al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife a abandonar la peligrosa y contaminante apuesta por el gas. La organización ecosocialista invita a las administraciones públicas a ver en el informe de la Comisión Nacional del Mercado y Competencia (CNMC) sobre la regasificadora de Granadilla una oportunidad para girar hacia un modelo energético realmente sostenible.

A juicio de Sí se puede, el informe de la CNMC sobre la regasificadora en el que se recomiendan unos requisitos básicos para la continuidad del proyecto que impulsa la empresa Enagás en Tenerife constituye un cuestionamiento de la intención de instalar una planta de recepción, almacenamiento y regasificación con Gas Natural Licuado (GNL) vinculada al puerto de Granadilla.

“El gas es una apuesta cara, sucia, contaminante y peligrosa que solo defienden en Canarias Tenerife y La Gomera, frente a la decisión inteligente de otras instituciones del Archipiélago, como los Cabildos de Gran Canaria y El Hierro; a ellas se suman Lanzarote y La Palma para constituir un grupo mayoritario de islas que cuentan con un Plan de Energías Renovables y una serie de municipios que se han incorporado al Pacto de las Alcaldías europeas por un nuevo modelo energético”, destaca el portavoz de la Coordinadora Nacional de Sí se puede, José de León.

“La imperiosa transformación del modelo energético que todas las sociedades desarrolladas están abordando no puede concebirse en Canarias a partir de la introducción de un nuevo combustible fósil para desplazar al consumo de petróleo; solo en los lugares donde el gas ya está implantado hace años puede entenderse que se plantee como un sustituto en un plan de transición energética, pero en el Archipiélago eso no tiene sentido”, apunta De León, quien subraya que la implantación de un sistema basado en el gas tendría una repercusión significativa sobre los bolsillos de la ciudadanía, que acabaría pagando la inviabilidad económica del proyecto, como medida que reclamará la empresa para compensar las inversiones.

La organización ecosocialista considera que la auténtica razón que mantiene a los equipos del presidente canario, Fernando Clavijo, y de los presidentes de los Cabildos de Tenerife, Carlos Alonso, y La Gomera, Casimiro Curbelo, en la defensa de un proyecto tan inviable que incluso la CNMC no le ve futuro es que “no hay voluntad política en este sector independiente de los intereses de las eléctricas”, lo que lleva a renunciar a definir una “estrategia propia, independiente e integral de modelo energético”, mientras que las instituciones se limitan a “proponer infraestructuras diversas sin un asentamiento estratégico acorde a las necesidades y potencialidades del Archipiélago”, asegura el portavoz.

Sí se puede destaca que el dictamen de la CNMC apunta que “las previsiones de consumo con que se justifican los proyectos están desfasadas, pero se mantienen porque políticamente les interesa hacerlo, algo evidente para quien se lea el proyecto de Enagás”, manifiesta De León.

“Las condiciones climáticas de Canarias, la vulnerabilidad ambiental de nuestro territorio y la variedad de fuentes energéticas sostenibles con la que cuentan las Islas solo pueden conducir a definir una estrategia de mayor implantación de renovables con criterios de eficiencia, ya que esta debe dirigirse hacia la soberanía energética, no en sentido contrario, y ya varias Islas tienen compromisos claros con programas europeos en este sentido”, destaca el portavoz.

“Incluso bajo criterios exclusivamente capitalistas de racionalidad del negocio, es evidente que introducir el Gas Natural Licuado en Canarias no es rentable; por eso, cuando la Comisión de la Competencia se ha puesto a hacer números, solo ha podido llegar a esta conclusión de la inviabilidad de esta infraestructura”, concluye De León.

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