Sí se puede insta al gobierno insular a dar el carpetazo definitivo al tren del sur
Rechaza que constructores y hoteleros pretendan absorber fondos de reconstrucción Next Generation con su nuevo envite a través de Ciudadanos en el Cabildo La organización ecosocialista apuesta por mejorar la movilidad en Tenerife con medidas sostenibles, más baratas y valientes, a través de la mejora del servicio de guaguas
Sí se puede insta al gobierno insular a dar el carpetazo definitivo al tren del sur de Tenerife y rechaza que el nuevo envite del grupo de presión constituido por las asociaciones empresariales hoteleras y de la construcción, a través de Ciudadanos en el Cabildo, pretenda absorber fondos de reconstrucción europeos Next Generation.
La organización ecosocialista apuesta por “mejorar la movilidad en Tenerife con medidas sostenibles, más baratas y valientes, a través de la mejora del servicio de guaguas, especialmente de TITSA” y rechaza que se ocupe más territorio para la creación de infraestructuras costosísimas e ineficientes, que solo tienen sentido para inflar las arcas de empresas acostumbradas a vivir de los fondos públicos y sin ningún compromiso con la sociedad tinerfeña”, asegura el portavoz de Sí se puede en materia de transición ecosocial, Rubén Fuentes.
“La crisis abierta por la pandemia, la consiguiente revelación, indiscutible para todos ahora, del carácter dependiente de nuestro modelo económico y de la vulnerabilidad del territorio físico y social de Canarias sitúan como prioridad inequívoca la atención a las necesidades socioeconómicas de la población y es el principal motivo para descartar para siempre una inversión que tiene que destinarse a crear nuevas oportunidades para el pueblo tinerfeño y a reorientar las apuestas públicas hacia la sostenibilidad real de nuestra economía”, asegura Fuentes.
Por tanto, para Sí se puede “no son suficientes las declaraciones del presidente del Cabildo, Pedro Martín, y del viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Pérez, que aplaza para otro momento la posibilidad de una inversión cercana a los 2.500 millones de euros en un plan de ultradesarrollismo delirante”, apunta el portavoz de la organización ecosocialista.
Sí se puede exige, además, al PSOE, que “resuelva las contradicciones entre sus distintos portavoces, ya que, mientras Martín y Pérez se muestran favorables a aplazar un proyecto innecesario, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, se mantiene en la defensa del carácter necesario del proyecto del tren, hasta llegar el extremo de declararlo sostenible, algo que es absolutamente ridículo si se evalúan las cifras que revelan la inversión y los efectos depredadores sobre el territorio, incompatibles, por cierto, con las declaraciones de Emergencia Climática establecidas para Tenerife y para Canarias”.
En este sentido, la organización ecosocialista recuerda que “sistemas potentes de guaguas frecuentes, puntuales y rápidas pueden resolver la movilidad entre el sur de la Isla y su área metropolitana con una inversión infinitamente menor y más recuperable que el coste del tren, sin destruir más territorio ni añadir vías nuevas a las ya existentes; basta con configurar un carril como Guagua-VAO y reorientar las rutas, frecuencias y plantilla de TITSA y los sistemas de guagua de medianías, para que garanticen el vínculo con los recorridos a través de la autopista”. Por eso, para Sí se puede, el sistema de transporte en guaguas debe ser el prioritario, al ser el de mayor y mejor implantación territorial.
Insostenibilidad financiera y ambiental
Sí se puede recuerda que el estudio económico-financiero del Plan Territorial Especial de Ordenación del Transporte de Tenerife evidencia que esta infraestructura es económicamente inviable, porque el valor de la inversión sería negativo si no existieran subvenciones con cuantiosas aportaciones de fondos públicos, hasta el punto de que solo el coste de un billete de un trayecto sería imposible de asumir por una hipotética persona usuaria, salvo que el Cabildo u otra institución bonificara el sobrecoste injustificable con cuantiosas subvenciones y asumiera, en consecuencia, un endeudamiento desmesurado. “Es decir, desde el punto de vista financiero, no se justifica el endeudamiento público”, destaca su portavoz.
El endeudamiento de las administraciones públicas para garantizar la inversión es menos justificable aún ante las inmensas necesidades sociales de Tenerife, además de significar un derroche desconcertante solo para captar al 9,7% de los viajeros que se desplacen entre la zona metropolitana de Tenerife y el sur de la Isla, debido al efecto disuasorio que tendrían las pocas estaciones previstas en el recorrido, según prevé el estudio de alternativas de la memoria del Plan, mientras que el 70,6%, continuará empleando el vehículo privado y el 19,8% restante, la guagua en sus actuales condiciones, con un carril normal. Es decir, “solo una inversión adecuada en un carril Guagua-VAO y mejoras en el servicio de guaguas puede actuar como disuasión para dejar de usar el vehículo privado”, subraya Fuentes.
Respecto al impacto sobre el territorio, la organización ecosocialista llama la atención sobre la afección que provocaría el proyecto vinculado al tren de Estación de Guaguas (Santa Cruz de Tenerife)-Inicio falso túnel TF-1-Radazul (Santa Cruz de Tenerife) entre el Límite municipal de Candelaria-Arafo-Límite municipal Fasnia-Arico, que afecta de manera completa y negativa a los municipios de El Rosario y a todos los del Valle de Güímar. En este sentido, Sí se puede destaca también la gran cantidad de terrenos que habría que expropiar en el Valle, donde la afectación alcanza a los espacios naturales de la montaña de los Guirres y el Arco de La Puente y a especies animales y vegetales sensibles que, en su momento, fueron descatalogadas sin argumentos de peso.
Las expropiaciones previstas incluyen 10 viviendas en Arafo y 167 en Güímar. Asimismo, de las 174 propiedades afectadas en Candelaria, 18 de ellas son propiedad de Promotora Puntalarga y constituyen el hueco dejado por la antigua cantera de extracción de áridos, donde se prevé construir ahora el intercambiador.
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