«Buenistas». Asun Frías

Aprecio a la comisaria de la policía local de Santa Cruz, Carmen Delia González y me parece una mujer digna de admiración en muchos sentidos. Pero lo cortés no quita lo valiente. En el contexto de una campaña islamófoba en las redes sociales, por su cargo, no debió tomar partido ni tachar de sinvergüenzas a los y las “buenistas” que resaltábamos que la mayoría de las personas musulmanas no eran terroristas. Mucha gente se preocupó ante sus irrespetuosas palabras y nos solicitó exigir responsabilidades políticas. Dejamos pasar más de una semana antes de pronunciarnos públicamente, esperando una rectificación o una disculpa de algún tipo, pero lo único que escuchamos en diez días fueron unas declaraciones de la teniente de alcalde en las que, en vez de enmendar, echaba más leña al fuego del despropósito.

A raíz de nuestro pronunciamiento cuestionando esos hechos y pidiendo que se abriera un expediente al respecto, recibimos múltiples insultos en las redes sociales por parte de personajes relevantes y troles diversos de la ultraderecha. La verdad que es muy significativo que lo más granado del fascismo español haya liderado la defensa al tuit de la exconcejala de CC. Nos llamaron chusma de la peor especie, mangantes, brujas malas, feminazis acosadoras, maltratadoras y machistas, nos acusaron de ponernos del lado de asesinos y terroristas, tacharon al pueblo canario de “canallas locales” y, por si fuera poco, nos amenazaron abiertamente. La guinda la puso el periódico La Razón, con un artículo lleno de errores, confundiendo Santa Cruz con Tenerife, Ayuntamiento con Cabildo, Sí se puede con Podemos, convertir en privada una cuenta con cerrarla… El texto finalizaba indicando que fuentes cercanas a Carmen Delia González afirmaban que no reuníamos “las condiciones democráticas, éticas y morales para ejercer con seriedad e imparcialidad” nuestras funciones. El conejo me riscó la perra. El medio ultraderechista, en su marco inquisitorial de buenos “malistas” y malas “buenistas”, ya nos colocó en el infierno.

Mi mecanismo de defensa fue tomarme con humor esas amenazas e insultos tan disparatados. Pero, mirado globalmente, es muy preocupante el repunte del fascismo que estamos sufriendo y nuestro mayor error sería normalizarlo. Quienes queremos una sociedad democrática no debemos mirar para otro lado ante las actitudes y conductas fascistas en nuestro entorno y, menos aún, si se dan por parte de personas con importantes responsabilidades públicas. Es muy probable que las “buenistas” vayamos al infierno de quienes conciben el mundo en blanco y negro, pero, antes, no claudicaremos en nuestra lucha por una sociedad más democrática y justa. ¡No pasarán!

Los comentarios están cerrados.