Del referéndum. Javier Doreste
Pero si hago pública mi posición sobre el mentado Referéndum es por dos cosas.
La primera es la necesidad de ese debate en CxI y, como somos una organización abierta y plural, no hay ningún problema en que cada uno haga públicas sus posiciones. El debate en el seno de las organizaciones de izquierda debe ser abierto, no sólo a los que ostenten algún tipo de responsabilidad y a los afiliados y militantes sino que también debe incorporar la opinión de los propios votantes y simpatizantes, Ya decidirá la Asamblea cual es la posición final.
La segunda es la urgencia del tema. IU ha lanzado la idea e iniciativa de su campaña por un referéndum sobre los recortes y la política antisocial del señor Rajoy. La campaña ya está en marcha. Y los que nos consideramos de izquierda debemos posicionarnos ante ella y dilucidar lo más posible nuestra opinión para que nadie se llame a engaño. Que conste que no reprocho a IU que haya tomado esta iniciativa por su cuenta, sin consultar a sus antiguos socios de Canarias Verde y Roja. Es soberana para hacerlo. Pero igualmente soberano me considero para expresar mi opinión.
Considero que la medida es tan inútil como la anterior recogida de firmas por una Iniciativa Legislativa Popular contra la Reforma Laboral del gobierno Zapatero auspiciada por los dos sindicatos mayoritarios. ¿Alguien se acuerda de esa ILP? ¿Qué se hizo del esfuerzo de miles de personas recogiendo firmas? ¿Dónde fueron a parar esas firmas? ¿Hizo caso el poder de esos cientos de miles de firmas?
Y es que el Referéndum y la ILP vienen del mismo sitio. El reconocimiento de que este sistema económico social NO se puede cambiar y que hay que jugar la partida con las reglas dictadas desde lo institucional y no desde la calle. Ahí radica la principal diferencia. O se acepta que la democracia burguesa y monárquica actual tiene cuerda para rato y puede subsistir más allá de la crisis del capital financiero o se propone que esta democracia burguesa y monárquica debe desaparecer y transformarse en una democracia republicana y participativa, popular, no meramente representativa. No niego la tremenda conquista que significó el actual sistema político para nuestro pueblo. Pero no olvido que esa conquista se plasmó en una constitución, con todos los reparos que queramos, que sancionaba el derecho al trabajo, la sanidad, la educación públicas. Era una especie de pacto social, de corte socialdemócrata, pero una tremenda conquista de derechos para el pueblo.
Los tiempos han vaciado de ese contenido la Constitución. Y al hacerlo se ha roto el pacto. Ya no existe el estado social y de derecho. Está siendo desmantelado rápidamente por los gobiernos alternos PSOE/PP. Las últimas medidas de Rajoy, y las que vendrán, son solo la puntilla a los restos de una constitución de carácter social. Y si se ha roto el pacto solo hay dos soluciones. O se recompone o se construye otra sociedad con otra constitución y otras reglas del juego. Las reglas del juego democrático han cambiado. Han cambiado la constitución con un acuerdo PP/PSOE en la pasada legislatura. Han impuesto la entrada en la Europa del capital, el tratado de Lisboa, la directiva Bolsktein, etc.… España ya no es soberana. Está supeditada en su política económica y fiscal a los dictados de poderes extranjeros. Cualquier iniciativa de cambio se ve frenada con la excusa de que Europa no lo va a permitir. En realidad no es Europa, es el gran capital financiero internacional el que no lo va a permitir por mediación de los políticos nacionales y europeos. Si ellos han cambiado las reglas nosotros no podemos jugar la partida. O hay reglas aceptadas por todos, reglas democráticas y consensuadas como las del principio o se pelea por unas nuevas reglas.
Y el Referéndum es aceptar las reglas de ellos, de los poderosos, del estado.
Pues, pongamos como cosa utópica, que el Referéndum termina celebrándose. ¿No recuerda nadie que se perdió el Referéndum de la OTAN? ¿Olvidan que la tremenda maquinaria del Estado y de los Medios de Comunicación se pondría en marcha en una tremenda campaña del miedo? ¿No ha dicho este gobierno que o se aceptan sus medidas o vendrán de fuera a imponer unas peores? Nos amenazarán con la hecatombe, con la expulsión de Europa y con diez mil plagas más tremendas que las que cayeron sobre el Egipto del Faraón. Y el Referéndum se perdería. Tendríamos, entonces, un Gobierno del PP con mayoría absoluta y el respaldo de un Referéndum. Y en el caso que se ganara… pues tendríamos un gobierno de concentración nacional PP/PSOE como salida a la crisis. Un gobierno que seguiría aplicando los recortes y ajustes impuestos por Europa, pues ambos partidos son deudores de esa política.
Así pues la alternativa no debe ser otra que negarse a seguir jugando esta partida. Reconocer abiertamente que el sistema está muerto, sin salida, que se impone un cambio radical de la sociedad en la que vivimos. De las instituciones a la forma de vivir, de producir. Imponer una economía social, una democracia participativa. Un sistema respetuoso con el medio ambiente y donde todos y todas tengan acogida y posibilidad de desarrollarse como seres humanos. Un sistema distinto. Un camino hacia el socialismo.
Para ello lo primero que hay que hacer es derrocar este gobierno traidor. Este gobierno que ha mentido, engañado y estafado a los ciudadanos al no cumplir ninguna de sus promesas electorales. Convocar a la Huelga General con la petición de dimisión del gobierno y convocatoria de elecciones Generales. Y hacerlo antes de que se empiece el debate sobre los Presupuestos Generales. Antes de que la mano de Merkel, Draghi y demás facinerosos se hunda mas en las entrañas del país. Convocar con la consigna de que hay que echarlos. Echarlos como agua sucia. Y presentar a esas elecciones una alternativa de izquierdas, unitaria, creíble, en la que estén todos los que se reconozcan de izquierdas. Incluyendo IU y lo sano que queda en otras formaciones políticas; incluyendo personalidades de izquierda que estén dispuestas a comprometerse con el futuro. Una alianza, un Frente Amplio con una consigna clara: Un gobierno por el pueblo y para el pueblo.
Lo contrario es marear la perdiz. Reconocer la derrota antes de tiempo. Enquistarse en un castillito. Tener miedo a cambiar la sociedad.
No debemos tener miedo. En los momentos de crisis como los de ahora es cuando es más fácil, unir, aliar, implicar, a todo el pueblo en un objetivo claro. El futuro. El futuro de nuestros hijos, sin olvidar nuestro propio presente.
Pongámonos a ello desde ahora. Convoquemos la Huelga General contra el gobierno. Exijamos elecciones generales y presentemos un Frente Amplio a ellas.
Ese el camino. El único camino si de verdad queremos avanzar y cambiar la sociedad.
Javier Doreste militante de Canarias por la Izquierda-Sí se puede
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