Las palabras huérfanas. Julio Concepción.

Hacen uso de las palabras para su pasarela de significados fingidos; de orgasmos autoinducidos por los sonidos pronunciados. Escuchándose se dan gusto a sí mismos. Son los recaderos ideológicos. Los políticos del mandado, como cuando niños nos decían los mayores de ir a comprar a la venta, ¡pues igual!. Así son ellos de buenos. Uno, maestro escuela y el otro, sus labores. Se permiten el lujo de impartir magisterio de honradez. Para ellos José Antonio Reverón de Ciudadanos por Arona es hijo del mal. Un ángel caído que se ha dedicado durante tanto tiempo a hacer ruindades. A sembrar una campaña de «descrédito», «desprestigio», «acoso e intento de derribo del gobierno local». Actitud que continúa hoy día. !El muy ruin!, ¡es que no aprende!. Nunca el cumplir con la legalidad vigente, con los preceptos constitucionales, con la ley de base de régimen local para las administraciones públicas ha sido tan claramente definido por aquellos que no tienen ni el más mínimo interés en hacerlas cumplir. ¿qué, si no, le reprochan a José Antonio?,¿cuáles son los argumentos de sus quejas?, ¿están molestos por tener que cumplir con la legalidad constitucional?. Ellos mismo se desenmascaran con sus planteamientos. Cuando Miguel Ángel Méndez nos espeta que: Coalición Canaria “siempre ha intentado no judicializar la vida política”. En sus bocas queda claro, que para ellos, la ley es un estorbo para sus grandes fines políticos-empresariales. Una molestia para sus contubernios. Un inconveniente para sus favores. Un obstáculo para sus chanchullos y prebendas. Mientras tanto, las palabras: ciudadanía, transparencia, democracia, ley, libertad de expresión,ética, verdad, justicia y vergüenza seguirán huérfanas. Tendrán que esperar a tiempos mejores, deseosas de que un día alguien las pronuncie con pleno significado, con pleno compromiso. ¡Las palabras huérfanas buscan corazones que las acojan!.

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