Queremos salsa. Yaiza Afonso Higuera

Canarias en la década de los 80 simbolizó un espacio esencial de salsa, siendo la principal puerta de entrada de estos artistas en Europa.

En Tenerife, la Plaza de Toros se llenaba de los sones de Celia Cruz y la Sonora Matancera, el ritmo afrocaribeño de Tito Puente, la salsa de Frankie Ruiz o los ritmos sociales de Rubén Blades. La música de estos artistas surgió del resultado de la conexión cultural de lo latino con Nueva York, del son con el jazz, así fue como nacieron las grandes orquestas de salsa, que eran las Big Band latinas.

En la Rambla de Santa Cruz, los días de concierto, las salseras y salseros tocaban sus güiros, maracas y cencerros esperando el comienzo de la música. Mi madre nos llevó a los tres a ver al gran maestro Blades, lo habíamos conocido gracias a una cinta de casete que nos regalaron un grupo de amigos cubanos que estuvieron en el muelle de Santa Cruz en su gran barco durante un mes. Se trataba de Siembra, donde Blades y Colón tocaban Buscando Guayaba o Pedro Navaja. Después, con la aparición de los cedés compramos Bohemio y poeta, Buscando América, Antecedentes, Maestra vida… Y es que la música no es vieja ni nueva, es buena o mala, por eso todavía se venden aquellos discos de Rubén.

El sábado pasado bajé a los carnavales, mi plan era ir disfrazada prontito, disfrutar del gran espectáculo de «Ritmo y Armonía» donde vibré con la fuerza de la batucada y me emocioné al ver a mi amiga La negra de Los Joroperos radiante en primera fila. Las comparsas terminaron sobre las 11 y queríamos bailar, ya habíamos cenado por lo que comenzamos a subir San José dirección al Príncipe. Escuchamos que en la Candelaria estaban cantando los Triquis y seguimos dirección al destino acordado. Cuando llegamos a la plaza no había música. Bueno, sonaban muy bajito algunas canciones entre las que reconocimos Devórame otra vez que cantamos haciendo que se escucharan más nuestras voces que la del propio Lalo Rodríguez. Después, la orquesta comenzó a hacer una prueba interminable de sonido, tanto que nos cansamos y caminamos hacia Weyler escuchando principalmente reguetón. Y lo malo de Felices los 4 es que va a ser una canción que dentro de poco va a terminar en la papelera de reciclaje de la mayoría de los pc’s de los que la escuchan convulsivamente e incluso se atreven a ponerla como politono en sus teléfonos móviles. Terminamos en el Coral esperando lo imposible, emocionarnos con un gran tema, con una canción y lo máximo que pudimos escuchar fue La vida es un carnaval, de Celia Cruz.

Ante esta sensación de páramo musical toca mi momento de propuesta. Concejalía de fiestas por favor, programen un Rincón de la salsa. Prueben un día a ver qué pasa. Pongámonos en el sábado después de Ritmo y armonía y comiencen con su final. Escojan un lugar emblemático como la Plaza del Príncipe y empiecen con nuestra maravillosa Orquesta Guayaba. Después arriésguense, investiguen, pregunten a la gente que sabe de música, traigan el Caribe a Tenerife. Se me ocurre sin pensarlo mucho la Van Van de Cuba o Roberto Roena y su orquesta de Puerto Rico. Y si ven mi propuesta demasiado old school vayan los sonidos nuevos de la salsa de Alexander Abreu y Habana D’Primera o cuenten con la rapera también cubana Danay Suárez. Pero yo daría un salto más ¿Conocen Africando?, salsa con ritmos del Senegal y el Congo. ¿Se dan cuenta? Ya tienen un minifestival de salsa para el carnaval. Hagan anuncios para que la gente se entere de que además de divertirnos, bailar y difrutar, en carnaval podemos tener de fondo a grandes músicos, podemos ser de nuevo el corazón de la salsa. Y ya si se quieren tirar a la piscina finalicen con la Gran Combo, Albita o con Willie Colón y su orquesta en la Plaza Candelaria, o traigan el mismísimo Rubén Blades. Porque es una lástima que la sintonía del carnaval nos la marquen radio fórmulas, música de usar y tirar. No podemos permitir que los 40 principales sean los únicos referentes musicales en la Isla.

Apostemos por la diversidad musical frente a la simplicidad, porque fiestas también es cultura. Aprovechemos la importancia cultural de los carnavales y sembremos como dice el maestro Blades:

«Siembra, si pretendes recoger, siembra si pretendes cosechar, pero no olvides que de acuerdo a la semilla, así serán los frutos que recogerás».

Veamos el carnaval como esa gran huerta, regalemos grandes canciones para bailar, música que haga de nuestro imaginario un espacio rico y cargado de futuro.

Yaiza Afonso Higuera es concejala de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Puedes seguirla en Twitter: @YaizaAfonsoSSP.

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