Por qué «Sí se puede». Damián Marrero.
En una de nuestras interminables charlas políticas en la mesa de la cafetería del centro, hubo un momento en que pensé: “esto de hablar y hablar está bien pero ¿y qué?”, “¿he conseguido algo más que un momentáneo desahogo?”, “¿vale la pena dedicar tantas energías a análisis de salón?”, “¿se consigue algo a base solo de arrebatos de indignación?”.