Sí se puede preguntará si los servicios de parques y jardines usan el peligroso herbicida glifosato.

Los concejales de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife harán las gestiones necesarias ante la corporación para saber si los servicios de parques y jardines del municipio emplean el glifosato como herbicida. Esta sustancia química es el componente activo de marcas como el Roundup, que se viene usando de manera habitual en espacios públicos de diferentes localidades de la Isla, aunque varios ayuntamientos, entre ellos los de Santiago del Teide, Los Silos, Buenavista y El Rosario, ya han prohibido su utilización.

La concejala Asunción Frías considera de vital importancia saber si en Santa Cruz se usa esa marca u otras que contengan glifosato, ya que en tal caso se estaría provocando un posible daño a la salud de las vecinas y vecinos, especialmente de los grupos más vulnerables, ancianos y niños, que son usuarios habituales de los espacios verdes de la ciudad.

En caso de que se esté empleando, la organización política pedirá de inmediato su prohibición, como ya han hecho otros municipios de Tenerife gracias a la campaña No más veneno en Canarias, promovida por agricultores, ganaderos, asociaciones ecologistas y miembros de la Plataforma Canarias Libre de Transgénicos.

Varios estudios científicos han demostrado que el glifosato es el causante de serios daños a la salud y al medio ambiente. En los municipios en los que se usa, esta sustancia se vierte en zonas de uso infantil (jardines de parques, entradas de colegios, etc.), en carreteras y autopistas, paradas de guaguas, junto a jardines y fincas privadas o junto a viandantes que no están dotados de equipos de protección.

A concentraciones más bajas que las recomendadas para su uso en agricultura, el glifosato interfiere en el funcionamiento hormonal de células humanas y afecta a las células de la placenta y a las embrionarias. También provoca nacimientos prematuros y abortos, mieloma múltiple y linfoma non-Hodgkin (dos tipos de cáncer), y daña el ADN de las células. Además, se ha comprobado que este uso contamina y daña los cultivos ecológicos, los cauces de aguas pluviales y provoca daños a las colmenas debido al sobrevuelo de las abejas en zonas pulverizadas con este producto.

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