Sí se puede pide al Ayuntamiento de Candelaria rectificar para evitar un exceso de contaminación acústica en las fiestas navideñas

La organización se hizo eco la semana pasada de múltiples quejas vecinales por el perjuicio causado por la música ambiental en la vía pública durante horas

Sí se puede pide al Ayuntamiento de Candelaria medidas concretas para evitar el exceso de contaminación acústica en las fiestas navideñas. El grupo municipal en la corporación se hace eco de múltiples quejas vecinales que han llegado a la organización motivadas por el perjuicio causado por la música ambiental instalada en la vía pública por parte del Ayuntamiento, especialmente a las viviendas próximas a los altavoces, ya que esta permanece activada como hilo musical durante siete horas y más.

La portavoz de Sí se puede en el Ayuntamiento, Mayca Coello, consulta al gobierno municipal mediante una pregunta escrita que presenta al pleno del próximo 28 de diciembre –para la que pide igualmente una respuesta por escrito– sobre la posibilidad de reubicar los altavoces que emiten ese hilo musical. Sí se puede consulta si es posible la colocación de los altavoces solamente en las farolas menos cercanas a viviendas, además de la reducción del número de horas en las que este sistema permanece activo, de manera que quede circunscrito su empleo a un horario en la franja de tarde-noche, para que la incidencia negativa en la vida cotidiana de la ciudadanía sea menor.

“Las quejas de los vecinos y vecinas nos parecen más que razonables y comprensibles”, asegura Coello, al destacar que Sí se puede recibe “desde el primer fin de semana de diciembre comunicaciones con quejas de vecinos y vecinas de Candelaria relacionadas con la emisión de música ambiental en la vía pública durante siete horas diarias, repartidas entre la mañana y la tarde-noche”.

A juicio de Sí se puede, “el ambiente navideño para animar la actividad comercial debe ser compatible con la salvaguarda de la calidad de vida de los vecinos y vecinas, primando siempre este último objetivo”, afirma la portavoz de la organización en Candelaria. “Hay que buscar fórmulas más adecuadas para conciliar los intereses de unos y otros. Soportar durante más de un mes música alta, siete horas diarias, al lado de tu ventana, especialmente en una época de mayor estancia en los domicilios, como la que nos ha tocado vivir, es una prueba de fuego para el sistema nervioso de cualquiera”, subraya Coello.

Para ofrecer un testimonio fidedigno, Sí se puede incluye en el texto de su interpelación al gobierno la transcripción de una de las comunicaciones, recibida el pasado domingo 13 de diciembre. En ella, una persona que vive en la Rambla de los Menceyes con sus padres mayores, detalla las dificultades a las que se ve sometida su familia desde que se procedió a la instalación del sistema que reproduce música en bucle durante siete horas diarias desde principios de mes.

Esta persona llama la atención sobre varios factores que en estos momentos de pandemia son incompatibles con la práctica con la que el Ayuntamiento pretende estimular las compras: en un periodo en el que se recomienda mantener las viviendas ventiladas, las ventanas han de permanecer cerradas para ofrecer un mínimo obstáculo a una música y una vibración que, no obstante, se cuelan en casas en las que residen personas mayores, estudian niños y niñas o estudian y teletrabajan personas adultas. Lo más significativo del caso es señalado en la misma queja: Candelaria cuenta con una ordenanza sobre contaminación acústica que el propio Ayuntamiento incumple.

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