Verdes y socialistas se alían contra los asalariados. Domingo Garí.
La crisis de la economía capitalista que atraviesan los países europeos ha tenido la virtud de desvelar qué se esconde realmente tras las etiquetas políticas.
La crisis de la economía capitalista que atraviesan los países europeos ha tenido la virtud de desvelar qué se esconde realmente tras las etiquetas políticas.
Un tal Ricardo Peytaví, que se autodefine como periodista, ha dejado por los suelos la imagen de esta profesión en Tenerife. Recientemente ha acusado en la prensa tinerfeña de demagogos a los que no comparten la idea de la oportunidad de implantar trenes en nuestra isla.
Son curiosas las cosas que pasan en estos días. De debajo de las piedras surgen políticos deseosos de darnos la mano, fotografiarse con nuestro hijos e interesarse por nuestros problemas. En el aire se escuchan miles de promesas que ya escuchamos hace cuatro años, pero que no se han cumplido por falta de voluntad, pues son las mismas personas que prometen las que tenían la posibilidad de realizarlas.
La crisis económica y ecológica del capitalismo está llevando a la humanidad a un callejón sin salida. Hoy estamos respirando aquí las partículas radiactivas emitidas desde Fukushima, en Japón. Es una verdadera metáfora del mundo en el que vivimos.
El conjunto de normas que regula la elección de diputados autonómicos en Canarias sigue generando no pocos debates entre las fuerzas políticas. Pero también una fuerte insatisfacción entre la ciudadanía. Y probablemente así seguirán las cosas hasta tanto no se logre una amplia reforma del mismo.
En el contencioso contra los guachinches, algunos empresarios de bares y restaurantes cuentan con el apoyo de Coalición Canaria y de la Cámara de Comercio de Santa Cruz, no así con los ciudadanos del chicharro que peregrinan por esos andurriales en busca de la cuartita de vino todos los fines de semana.
En una de nuestras interminables charlas políticas en la mesa de la cafetería del centro, hubo un momento en que pensé: “esto de hablar y hablar está bien pero ¿y qué?”, “¿he conseguido algo más que un momentáneo desahogo?”, “¿vale la pena dedicar tantas energías a análisis de salón?”, “¿se consigue algo a base solo de arrebatos de indignación?”.
Las luchas políticas tienen la virtud de sacar lo peor y lo mejor de las personas. La tensión que genera lleva las pasiones a los extremos. En algunos casos la tecnología de la difamación se usa profusamente, de manera que de forma habitual la enemistad política cobra esa característica, en detrimento de la discusión racional sobre los asuntos de la economía, la filosofía o la política. Se acentúa cuando efectivamente no hay nada que aportar, ni reflexión interesante que ofrecer a la sociedad.
De nuevo la misma vaina. El nota empaquetado del pentágono exponiendo la cantidad de tomahawk lanzados en nombre de la libertad y en cumplimiento de la resolución de las Naciones Unidas. Unas imágenes nocturnas de misiles cayendo sobre no se sabe dónde.
Ya lo dijo Jeremy Rifkin en su excelente intervención a la cual tuve el gusto de asistir invitado por Antonio Morales, Alcalde de Agüimes en las jornadas de desarrollo sostenible organizadas por la mancomunidad del Sureste de Gran Canaria …” Canarias es la Arabia Saudí de las energías renovables…”
La Conferencia Episcopal Española ha salido a los medios de comunicación amenazando con la excomunión a todos los políticos que apoyen o voten la Ley del Aborto y a todos los católicos que lo practiquen.
Aminatu Haidar no es una persona común, es ciudadana de un país que de momento no existe y está gobernada por aquellos que no la dejan existir.
La Inquisición, es sin duda uno de tantos ejemplos paradigmáticos de la injusticia y arbitrariedad humana. Una persona anónima podía denunciar con cualquier excusa a otra y esta debía demostrar su inocencia ante el Santo Tribunal que tenía a su mano mil y un métodos más o menos brutales para obtener una confesión.
Cuando el barranco suena es que agua lleva. En el norte de Tenerife llevaba agua, barro (que ahora todo el mundo llama lodo), coches, gallinas, cabras, lavadoras, televisores, escombros, ferralla, jeringuillas, muros y algún que otro techo de uralita. Así de cutres somos.