Una imagen de África. Pedro Fernández Arcila

A finales del siglo XVIII una expedición científica acompañó a Napoleón en su campaña militar para conquistar Egipto.

Muchos intelectuales franceses se apuntaron de manera entusiasta a esta iniciativa porque para ellos el imperio de los faraones simbolizaba la cuna de la civilización occidental. Así que, con esa capacidad que siempre han tenido los europeos de atribuirse un pasado laureado y fastuoso, acudieron los científicos franceses para corroborar que una de las culturas de mayor esplendor de la humanidad era europea.

El grabado que encabeza este artículo fue realizado durante aquella expedición científica y es de un valor histórico incalculable. Los científicos franceses se toparon con que la esfinge de Gizeh, construida en la época más gloriosa del antiguo Egipto, no tenía precisamente un perfil griego o romano. Sus labios gruesos, sus ojos grandes y su nariz típicamente bantou, les habría producido un desasosiego inconfesable que no registraron en sus cuadernos. La civilización egipcia, cuna de la humanidad, era negra, era africana.

Al poco de realizar este grabado la esfinge fue desposeída de los principales atributos que le identificaban como un negro africano y se convirtió para la posteridad en la imagen mutilada que conocimos en nuestros libros escolares. A ciencia cierta no se sabe si quienes afinaron su puntería destruyendo los labios y la nariz de esta figura colosal fueron los científicos franceses que acompañaron a Napoleón o los otomanos que gobernaban en aquella época Egipto, pero lo que sí sabemos es que la historia creada al abrigo de la dominación occidentalocentrica se ha encargado durante siglos de ocultar esta realidad. Gracias a la perseverancia del historiador senegalés Cheikh Anta Diop (1923-1986), de cuyo trabajo se nutre este breve artículo, logró que no se despojara a África de sus orígenes y se reconociera su aporte indiscutible a la Historia de la Humanidad.
Hoy, en el día del reconocimiento a Africa, una imagen vale más que mil palabras.

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