En este mundo de vértigo, me voy a permitir el lujo de hablar de los tiempos largos. Aunque veinte años no es nada, para un movimiento social cumplir veinticinco años es mucho.
Este mar estaba muy vivo cuando nació el poeta, estaba inquieto cuando lloró el niño en la cuna que se calmó con el arrorró de mamá. Todo se movía con el viento, las olas son esculturas efímeras al recibir el alisio, ondulaciones que comprenden la vida que hay bajo la inmensidad del agua salada. Este Atlántico que siempre se mueve, se quedó petrificado aquel mes de febrero de 1937, cuando la marea se sintió cómplice del asesinato del poeta surrealista Domingo López Torres.
Este lunes se va a celebrar, con motivo del Día de Canarias, la luchada institucional en Valle Gran Rey. Es probable que participen luchadores de todas las islas salvo, curiosamente, bregadores originarios de la isla que ejerce de anfitriona, La Gomera. Cabría preguntarse por qué no se requiere en este caso que también se plasme aquellos de la triple paridad entre los luchadores.
Dicen que hay determinadas imágenes que valen más que mil palabras. Lo peor de las imágenes que uno puede ver cuando mira el edificio del Hospital viejo, es que faltan palabras: nos las han intentado robar como si fueran los vidrios o las puertas o los armarios que una vez estuvieron ahí cumpliendo su función.
Desde 2015, en estos casi dos años de nuevo grupo de gobierno en Candelaria de Psoe y CC, ha llegado el momento de evaluar su gestión. No quisimos hacerlo a los 100 días como es habitual, decidimos dar un margen más amplio y generoso por su novedad, aun teniendo en cuenta que cuatro personas de este grupo de gobierno, incluyendo a la alcaldesa, venían de viejo, debían conocer las entrañas de los asuntos municipales y tenían experiencia de gestión durante años.
El pasado 17 de marzo se cumplieron 20 años desde las primeras elecciones claustrales en las que el Sindicato de Estudiantes Canario (SEC) se presentó en la Universidad de La Laguna, una candidatura en la que tuve la suerte de estar.
Su nombre es Guajara, pero podría ser Nauzet, Antonia o cualquiera entre miles; es una de las ciudadanas que espera para percibir la Prestación Canaria de Inserción (PCI). En nuestro municipio, más de 1.100 familias están apuntadas en una lista desde hace semanas o meses, pero todavía no fueron atendidas ni pudieron solicitar la ayuda. A ellas hay que sumar tres grupos más: quienes ya la tramitaron, pero todavía no la tienen concedida, quienes ya la tienen aprobada pero aún no la cobraron y quienes están esperando por su renovación.
Quisiera comenzar estas reflexiones poniendo de manifiesto mi contrariedad e incomodidad por hacerlo de una manera endógena y no hablar de los problemas de la gente, del paro y la pobreza de Canarias, del feroz deterioro, privatización y desconsideración de los principales servicios públicos, la sanidad y la enseñanza, de la prevención de la violencia machista… Siento vergüenza y rabia de que los conflictos internos nos resten tiempo para lo verdaderamente importante. Aunque hablamos aquí de nuestras dificultades, éstas pueden resultar insustanciales al lado de las que tiene mucha gente en Canarias día a día.
Owen Jones expresó después del Brexit que estábamos “asistiendo a una revuelta de la clase trabajadora y a una ola de frustración que se propaga en todas las direcciones”.
Los símbolos son importantes. Lo son. Nos sirven para recordar o celebrar, tienen un contenido al margen del continente, de lo físico. Poseen una significación que sólo puede cambiar con un pacto mayoritario de la sociedad, por consenso. Por eso, significan lo que significan; en este momento, ahora.
En el año 1986 se produce un hermanamiento entre el municipio canario de La Orotava y el cubano de Sancti Spíritus (Cuba), auspiciado por Francisco González Casanova (Paco Casanova), orotavense ilustre que recibió en Cuba la más alta condecoración civil por su aportación solidaria a la consolidación de la Revolución en sus primeros años de […]
En uno de esos pocos momentos que me da mi cotidianeidad para reflexionar, he estado pensando por qué seguimos las personas siendo maltratadas… Y hay tantas respuestas y ninguna a la vez, que siempre termino preguntándome ¿por qué?
En periodismo existe una figura con el nombre de fondos para reptiles, con la que se caracteriza a las subvenciones, más o menos ocultas, que los gobiernos, instituciones, políticos, conceden a la prensa para que ésta muestre una posición más favorable hacía sus políticas, acciones, errores...